Estrategias
El arte de la guerra y el comercio son muy similares
"La Batalla de los Dos Comerciantes"
Hace muchos siglos, en una región montañosa de China, vivían dos comerciantes: Liu, un hombre sabio y calculador, y Zhen, un joven impulsivo y ambicioso. Ambos eran conocidos en la ciudad por su habilidad para conseguir bienes valiosos y por su destreza en las negociaciones. Sin embargo, sus enfoques para hacer negocios eran muy diferentes.
Liu, al igual que un general de guerra, entendía que el éxito en los negocios no dependía solo de la cantidad de recursos o la fuerza, sino de la estrategia. Sabía que no siempre se trataba de ser el más rápido, el más fuerte o el más obvio en sus movimientos. Liu creía que el secreto estaba en la previsión, en la paciencia y en la capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.
Zhen, por otro lado, era joven y entusiasta. Su estilo de negocio era agresivo: siempre trataba de adelantarse a los demás, lanzándose a la competencia con todo su esfuerzo, convencido de que el que llegara primero al mercado sería el que ganaría. Era un hombre de acción, sin mucha reflexión previa, que creía que las oportunidades siempre debían ser aprovechadas al instante.
Un día, los dos comerciantes se enteraron de que había un cargamento de sedas finas en un puerto lejano, y ambos decidieron que querían adquirir el cargamento para revenderlo en la ciudad. Sin embargo, el viaje era largo, difícil y lleno de desafíos. Solo uno de los dos podría comprar la seda, ya que había pocos mercaderes que pudieran pagar por ella.
Zhen, sin dudarlo, reunió a sus hombres y partió inmediatamente hacia el puerto. En su mente, la competencia era simple: llegar lo antes posible y obtener el cargamento antes que cualquier otro comerciante.
Liu, en cambio, se tomó su tiempo. Sabía que, aunque Zhen estaba en movimiento, no era suficiente con llegar primero. El mercado de sedas estaba lleno de vendedores y otros comerciantes que intentarían inflar los precios. Liu, en lugar de apresurarse, se dirigió a un intermediario confiable y negoció discretamente con él para conseguir información detallada sobre las condiciones del cargamento. Luego, utilizó su red de contactos para asegurarse de que no habría competidores inesperados en el camino.
Cuando Zhen llegó al puerto, se encontró con una sorpresa: el cargamento de sedas ya había sido adquirido por otro comerciante. En su prisa por llegar, Zhen había subestimado la importancia de los detalles y las relaciones. Había ignorado el hecho de que otros competidores podrían haber llegado antes que él, y que la situación en el puerto estaba mucho más compleja de lo que parecía.
Por otro lado, Liu llegó más tarde, pero con un plan cuidadosamente ejecutado. Había usado su red de contactos, había anticipado los movimientos de la competencia y, al final, pudo comprar el cargamento de sedas por un precio mucho más bajo, ya que se aprovechó de una negociación favorable con el dueño del cargamento. Liu no solo obtuvo las sedas, sino que las revendió a un precio considerablemente más alto, obteniendo grandes ganancias.
Lección sobre Estrategias:
Liu comprendió que el éxito no siempre depende de la rapidez o de la fuerza, sino de la estrategia, la paciencia y la capacidad para leer las circunstancias. Como en la guerra, donde un comandante no solo avanza por la fuerza sino también por el conocimiento del terreno, la previsión y el uso inteligente de los recursos, en los negocios se necesita más que simplemente correr hacia la oportunidad. La habilidad para planificar, anticipar las acciones del competidor y tomar decisiones calculadas a largo plazo puede ser mucho más beneficiosa que un enfoque impulsivo.
Zhen, aunque derrotado, aprendió una valiosa lección: la importancia de la planificación y la estrategia en el comercio. A veces, no se trata de ser el más rápido, sino de ser el más inteligente.
Conclusión: Esta historia ilustra cómo tanto en la guerra como en los negocios, la estrategia es fundamental. Sun Tzu, en El Arte de la Guerra, decía: "La mejor victoria es vencer sin luchar", y este principio se aplica igualmente a los negocios: la mejor forma de ganar no siempre es la confrontación directa, sino el uso de la inteligencia, la previsión y la estrategia para crear una situación favorable antes de que surja el conflicto.
54 9 11 3579 1231
gustavobendel@gmail.com