Pragmátismo

Utilitarismo Vs idealismo

Li Wei, un hombre pragmático

En una aldea de la antigua China, vivía Li Wei, un hombre conocido por su pragmatismo. Desde joven, había aprendido que las ilusiones y los ideales solo traían sufrimiento. Su padre, un anciano sabio, le enseñó a ver la vida como un río que fluye: no luchar contra la corriente, sino entenderla, adaptarse y aprovechar lo que ofrece.

Li Wei había sido discípulo de grandes maestros, pero siempre encontró sus enseñanzas demasiado abstractas. "La perfección es un sueño, la acción es lo único real", decía. Así, construyó su vida con base en lo tangible: el comercio, la agricultura, la gestión de la aldea. Sus vecinos lo respetaban, pero pocos entendían su desapego de la filosofía.

Un día, llegó un monje errante que le habló de la sabiduría del Tao. "El sabio no lucha por encontrar el camino, pues el camino lo encuentra a él". Li Wei, con una sonrisa, escuchó, pero no se dejó llevar por palabras vacías. Después de todo, había aprendido a forjar su destino con las manos, no con los sueños.

Lo que pocos sabían era que Li Wei, tenía muy en claro que su pragmatismo era aplicable solo a las actividades comerciales, distinguiendo perfectamente de las afectivas y sociales.

Así fue como se convirtió en un líder respetado. Su pragmatismo lo había convertido en alguien que, con la sabiduría de donde aplicar sus ideales, había logrado prosperidad y paz para su gente.